lunes, 10 de junio de 2013

Recorrido de la Juventud en los Senderos de la Transformación Social.

RECORRIDO DE LA JUVENTUD POR LOS SENDEROS DE LA TRANSFORMACION DE LA REALIDAD SOCIAL, EN ARAS DE LA DIGNIFICACIÓN DE LA EXISTENCIA.
¿Es común a los seres humanos transformar: destruir y construir? Es razonable afirmar por el momento, que es común a los hombres “ser verbo y no sustantivo”; ser verbo implica una paradoja insoluble: destruir para dar muerte algunas cosas y construir para dar luz a otras. Los jóvenes piensan, sienten y obran, sin escatimar energía corporal ni mental; los jóvenes son en sí mismos verbos, su ser es un continuo estar listos para la acción.
Destruir y construir no es en sí mismo ni positivo ni negativo, la valoración depende si el resultado de la destrucción o de la construcción contribuye o no, a alcanzar los propósitos humanos fundamentales, a saber: I) La auto conservación, II) la adaptación a la cultura y III) la auto-realización personal. El bienestar y la dignidad humana advienen una vez se alcanzan estos tres propósitos capitales. Los jóvenes destruyen patrones sociales conformando sus “tribus juveniles”, demuelen modelos educativos a través de sus organizaciones  estudiantiles, echan a tierra el “estatus quo” con sus movimientos políticos y culturales. De otro modo, los jóvenes construyen empresas, generan cambios ambientales, crean obras de arte y modos de vida. Estos actos de construcción y destrucción suelen ser positivos. No obstante los jóvenes también destruyen su ser y el de otros a través del suicidio o del asesinato; también contribuyen a colapsar la armonía social promoviendo bandas delincuenciales y grandes negocios ilegales. Estos actos están tejidos de negatividad. En resumen los jóvenes destruyen y construyen la “realidad social” a través de su dinámica, en un doble sentido positivo o negativo.
En términos simplificados, la dinámica es una disciplina física cuyo objeto de estudio son los sistemas en movimiento; aquí nos referiremos a la dinámica juvenil; con esta categoría denotamos: todo el conjunto de hechos sociales de los jóvenes que están en función de la destrucción o de la construcción de la “realidad social”.
Concretamente el problema que se desea dilucidar es: ¿Cómo los jóvenes través de su dinámica contribuyen a la transformación de la “realidad social”, en función de la conquista de la dignidad humana?
La conjetura que guiará esta disertación es la siguiente:
Conjetura guía: El humanismo es condición de posibilidad para la formación del individuo como persona. La acción de una persona o un conjunto de ellas, hace posible que se transforme, esto es, que se destruya o se construya la realidad social. Si y sólo si la transformación de la realidad social, cumplen la función de estimular las dimensiones del hombre y de alcanzar los propósitos fundamentales, entonces se obtendrá el desarrollo social y humano[1]. El desarrollo social y humano posibilita el logro de la dignidad humana.
Esta disertación se desarrollará en dos grandes partes; en la primera de ellas se aborda el problema de la dinámica legítima juvenil. Esta sección se divide en tres fracciones a saber: A) humanismo como condición de posibilidad para la formación del joven como persona B) la transformación de la realidad social mediada por los jóvenes C) la conquista de la dignidad humana de los jóvenes.
En la segunda parte trata del problema de la dinámica ilegítima juvenil. Esta se subdivide en tres partes: A) hechos juveniles ilegítimos que obstruyen su desarrollo como personas B) hechos que obstruyen el desarrollo social C) hechos que obstruyen la dignidad juvenil.
I Parte
DINÁMICA LEGITIMA JUVENIL
A) JOVENES EN ARAS DEL DESARROLLO PERSONAL
La conquista de la dignidad humana se promueve a partir de la generación de una “cultura para el humanismo[2], a partir de la cual se establezca la vida y la libertad como derechos nucleares de cada ser humano. Desde la cual se fomente la conservación del ambiente como condición de posibilidad para la vida natural y el reconocimiento del congénere como condición de posibilidad de la vida social. Esta cultura para el humanismo implica formar a la persona para su auto-poseción, autoconciencia, autodeterminación, autonomía, autocontrol y responsabilidad civil; implica además promover un conjunto de acciones tendientes al desarrollo social y humano y a alcanzar la autorealización.
A la juventud le compete afrontar aquí dos grandes retos I) proteger el patrimonio ambiental representado por la biosfera (litosfera, hidrosfera y atmosfera), de modo que se logre conservar la vida en el planeta y consecuentemente se establezcan las condiciones para garantizar la vida humana[3].
El segundo II) reto que le compete afrontar a las jóvenes es de naturaleza antropológica; cada persona debe estar facultado para vencer el miedo a ser libre[4], en este sentido es menester que todo joven ejercite su a) autenticidad, esto es, que sea artífice de su propio ser, para que pueda elegir según sus propósitos individuales. b) Estimular sus posibilidades sociales de elección, conquistando escenarios de participación en la vida pública; ello enmarcado en un ambiente democrático, con el fin de que individuo pueda participar de las decisiones del estado.
B) JOVENES EN ARAS DEL DESARROLLO SOCIAL
La conquista de la dignidad humana, se suscita a partir de una cultura para la acción transformadora en función del desarrollo social y desarrollo humano[5]. Esta cultura debe estimular fundamentalmente la suplencia de las necesidades directamente relacionadas con la supervivencia y la adaptación  a la sociedad. En el conjunto de las primeras se haya la alimentación, los servicios sanitarios y la vivienda; y en el conjunto de las segundas se haya el acceso a la educación y un ingreso minino que permita al joven consumir los bienes básicos para vivir con dignidad[6]. La cultura para el desarrollo humano implica además la creación de condiciones para que las dimensiones humanas se desarrollen.
Una cultura para la transformación social implica que los jóvenes dinamicen la sociedad asumiendo el reto de recrear su mundo a partir de organizaciones juveniles y de instituciones sociales de múltiple naturaleza: ambiental, económica, política, cultural e ideológica, a partir de las cuales puedan esculpir la realidad prospera que imaginan.
C) JOVENES EN ARAS DE LA CONQUISTA DE LA DIGNIDAD
La conquista de la dignidad humana implica el estimulo de una cultura para la  autorrealización en función de la felicidad individual y el  bienestar colectivo. Un sujeto se autorrealiza si y sólo si logra alcanzar los propósitos inherentes a su intensión, estos propósitos deben estar fundamentados en cuatro características fundamentales de la persona: a) la singularidad, b) la autonomía, c) la apertura y d) la trascendencia.
Para conquistar la singularidad el joven debe hacerle frente a una “sociedad de consumo”, la cual busca homogenizar la personalidad de los ciudadanos con el propósito de estandarizar los gustos y así lograr producir y vender a productos a escala. Para alcanzar la autonomía debe bregar contra las normas impuesta por la cultura que van en detrimento del desarrollo personal; aquí el joven debe luchar contra los mandatos de las distintas ideologías que buscan oprimir[7] al hombre.  Para adquirir la apertura, el joven debe luchar por abrir su mente, acceder a nuevos lenguajes para descubrir el mundo. La trascendencia es acaso el ideal más anhelado, y el más reservado. Los jóvenes buscan con avidez la gloria, el honor, la fama, el prestigio; buscan que sus nombres los recuerde la historia; aquí la lucha es contra el anonimato. El joven puede lograr que su nombre se perpetué en la eternidad de lo humano, cuando desarrolla toda su facultad de producir y de dar a la sociedad sus frutos. Esta producción es tan variada; va desde las obras de artes, las innovaciones científicas y tecnológicas, pasa por las obras sociales y humanistas, las obras ambientales y no se detiene sino hasta donde la imaginación juvenil traza el límite.
II Parte
DINÁMICA ILEGITIMA JUVENIL
A) JÓVENES QUE SUCUMBEN ANTE EL PODER DE LA ENFERMEDAD Y LA MUERTE.
El universo tardó en promedio 15.000 millones de años para engendrar la vida; y un joven frustrado que no encuentra sentido a la vida puede negar ese descomunal esfuerzo en un segundo, suicidándose. El suicidio es tal vez el acto menos natural que se conozca en los humanos, pues aniquila nuestro instinto más fuerte; la auto-conservación. Al tiempo que el joven niega su vida, afirma la muerte; y con esta afirmación fenece cualquier tipo de bienestar y dignidad humana; en otros términos un suicida es tan indigno como infeliz.
Otra forma de negar la vida es auto-deteriorando paulatinamente el cuerpo y la mente[8]. El alto consumo de alcohol, drogas sicotrópicas, sustancias alucinógenas; es un claro ejemplo de la negación gradual que se hace de la vida; de forma más sutil también se reduce ostensiblemente la vida llevando hábitos no saludables. Es un hecho rotundo que la exageración en los placeres del cuerpo, desembocan en un irreversible degeneramiento del mismo. a propósito comenta From: “La satisfacción ilimitada de los deseos no produce bienestar, no es camino de la felicidad ni aun del placer máximo[9]”. La condena al abuso del sexo y demás placeres relacionados con los sentidos, no solo obedecen a cuestiones morales sino también biológicas. El abuso de los recursos naturales o la omisión de la protección del ambiente, es otra forma de obstruir el desarrollo de los jóvenes. contaminar el ambiente es otra forma de envenenar la vida.
El desarrollo personal también se niega cuando el joven imbuido en una atmosfera de fatiga mental, se resiste a construir su identidad personal; cuando el joven se dedica simplemente a copiar y a recibir pasivamente los estereotipos del medio; entonces el joven resulta siendo una reproducción mal lograda de los sectores productivos, de los medios de comunicación y del estado. Dicho en términos más generales el joven resulta siendo un clon a imagen y semejanza de la cultura. Esta copia del yo mal lograda, inauténtica por definición no alcanzará a poseerse, ni a pensar por sí mismo, ni a darse sus propias normas, ni a controlarse; en definitiva no será libre.
B) JÓVENES SUMIDOS EN LA POBREZA
En tiempos muy remotos, algunos sabios solían creer en 4 elementos: tierra, aire, agua y fuego; los cuales componían el universo y mantenían en equilibrio la naturaleza. Solía pensar que un desequilibrio en cualquiera de uno de estos elementos traería consigo el caos y pondría en riesgo la vida. En tiempos contemporáneos nuestros sabios economistas suelen creer que existen 4 elementos: el trabajo, el capital, los recursos naturales y la iniciativa empresarial; los cuales componen el progreso económico y mantienen un círculo virtuoso de desarrollo. Un desequilibrio de alguno de estos factores traería consigo un círculo vicioso de la pobreza y de depresión económica.  En palabras de Samuelson y Nordhaus, este círculo de la pobreza consiste en: “las rentas bajas pueden generar un bajo ahorro; el bajo ahorro retrasa el crecimiento del capital; un capital insuficiente impide introducir nueva maquinaria y acelerar el crecimiento de la productividad; una baja productividad produce una baja renta. Existen otros elementos de la pobreza que se autorrefuerzan. La pobreza va acompañada de bajos niveles de estudio y cualificaciones, los cuales, impiden a su vez, adaptar las nuevas  y mejores tecnologías[10] y acelerar el crecimiento demográfico, el cual absorbe a su vez, las mejoras del nivel de vida y de la producción de alimentos[11]”.
Un joven puede quedar atrapado en las redes de la pobreza y en su círculo vicioso, por causas exógenas (una enfermedad congénita, políticas de estado ineficientes para generar desarrollo, etc); también puede ser presa fácil de la pobreza por causas endógenas (problemas sicológicos y sociológicos de adaptación, entre otras). En fin las causas de la pobreza son múltiples, lo que nos importa resaltar aquí es como el joven pudiendo romper con el ciclo de la pobreza, gracias a su dinámica ilegítima niega sus posibilidades de desarrollo. Entre los cuatro elementos mencionados antes, es posible que muchos jóvenes carezcan de dos de ellos, el capital y los recursos naturales; empero es muy probable que cada joven posea fuerza laboral y -en potencia- posea iniciativa empresarial. Un joven decide anclarse a la pobreza cuando tiene una actitud floja frente al trabajo y cuando decide no formarse, ni educarse. El trabajo es una condición vital para la sobrevivencia y la educación es una condición central para la adaptación a la cultura; un joven creativo para hallar justificaciones para no trabajar o generar empleo, un joven que es imaginativo a la hora de excusarse para no estudiar; es un joven arrastrado al fracaso, motivado por su propia elección.
El joven también puede actuar de forma ilegítima obstruyendo al desarrollo social, cuando no asume los retos de crear o participar activamente en las organizaciones, instituciones y movimientos  juveniles sean estos: económicas, ecológicas, políticas, entre otras, porque con esta reticencia  se niegan la posibilidad de abrir escenarios de participación, a partir de los cuales podrían elegir y construir el futuro de la juventud.
C) JÓVENES SIN ROSTRO Y SIN HUELLAS
“En el verdadero hombre mediocre la cabeza es un simple adorno del cuerpo. Si nos oye decir que sirve para pensar, cree que estamos locos[12]
Jóvenes sin personalidad.
Lo jóvenes niegan la posibilidad de esculpir su personalidad, cuando dejan de asumir una posición “crítica y reflexiva”, acerca del origen, la pertinencia y la funcionalidad del conjunto de deseos, intenciones, creencias, propósitos, hábitos y obras; que conformar el “yo”. Los jóvenes que no se responsabilidad de la edificación de su yo; no poseen identidad es decir no se diferencian entre sí. Sus deseos e intenciones se los impone la sociedad de consumo; sus creencias y propósitos dependen de la ideología de moda. Sus hábitos son una copia malformada y sus acciones son la copia de los modelos sociales. Sus obras son una burda imitación de prototipos culturalmente transmitidos.
Jóvenes bajo el dominio de la heteronomía.
“Personas con minoría de edad” fue el calificativo que dio Kant a los sujetos incapaces de regirse e imponerse sus propias normas[13]. Los jóvenes con minoría de edad son quienes se niegan a pensar, sentir y obrar, conforme a las normas que nacen de su razón, de su sensibilidad y sus hábitos. Un joven con minoría de edad es esclavo de las normas impuestas que van aun en detrimento de su ser, se origen estas en sus familias, en sus círculos sociales, en su comunidad, en su estado.
El joven de mente estrecha.
Una manera fácil en que el joven puede alejarse del camino que guía a la autorrealización es dejar de nutrir el espíritu de los distintos discursos que tejidos para atrapar la abundancia de la realidad. Las descripciones del mundo vengan de las ciencias; las artes, las humanidades, las religiones, la filosofía, el sentido común; permiten abrir la mente para entender lo que sucede en el mundo externo y el interno. Dejar de beber de estas fuentes lleva necesariamente a la ceguera mental.
El joven mediocre
Evitar que la vida se llene con experiencia novedosas, dejar de asumir riesgos que enriquezca el desarrollo personal, sumirse en actividades monótonas, apegarse a la costumbre de realizar actividades que no ameriten un gran esfuerzo, entregar el cuerpo y la mente a los placeres inmediatos, decidir no sacrificarse por construir obras cuyo eco retumbe en la memoria de los hombres; implica sucumbir frente al poder de la rutina, el tedio y la depresión. Estos son los grandes enemigos sicológicos de los jóvenes en el siglo XIX. Querer hacerle daño a los jóvenes, puede resultar en muchas circunstancias una ociosidad; pues ellos, sin ayuda de nadie se lo infringen a sí mismos, y hallan el camino más fácil -la rutina- para desembocar en mediocridad. En palabras de José Ingenieros: “La rutina es un esqueleto fósil cuyas piezas resisten a la carcoma de los siglos. No es hija de la experiencia; es su caricatura. La una es fecunda y engendra verdades; estéril la otra y las mata. En su órbita giran los espíritus mediocres. Evitan salir de ella y cruzar espacios nuevos; repiten que es preferible lo malo conocido a lo bueno por conocer. Ocupados en disfrutar lo existente, cobran horror a toda innovación que turbe su tranquilidad y les procure desasosiegos. Las ciencias, el heroísmo, las originalidades, los inventos, la virtud misma, parécenles instrumentos del mal, en cuanto desarticulan los resortes de sus errores: como en los salvajes, en los niños y en las clases incultas[14]”.
Consideración final:
Una cultura juvenil fundada en el humanismo, en el amor productivo[15] hacia sí mismo, el congénere y hacia la naturaleza; puede abrir nuevos senderos de esperanza a una humanidad agobiada por espíritus que niegan la vida, la sociedad y el desarrollo personal. Una cultura juvenil fundada en la acción trasformadora de la realidad social; puede tejer una sociedad más justa, democrática y solidaria. Dice al respecto Marcuse: “Es preciso despertar y organizar la sociedad en tanto que necesidad biológica de mantenerse unidos contra la brutalidad y la explotación inhumanas. Esta es la tarea. Comienza con la educación de la conciencia, el saber y la observación y el sentimiento que aprehende lo que sucede: el crimen contra la humanidad”[16]. Una cultura juvenil para la autorrealización; puede erigir un futuro de bienestar sin exclusión. Una sociedad donde la dinámica juvenil sea legitima; puede revivir la utopía y trazarnos nuevos horizontes de esperanza en un mundo mejor.
Juventud los exhorto finalmente a que:
¡Revivamos juntos con nuestras acciones la esperanza! Así lo reclama el desarrollo social.











El desarrollo humano se mide actualmente, teniendo en cuenta tres variables a saber: a) la longevidad, esto es vida larga y saludable; b) la educación en todos sus niveles y c) el nivel de vida digno, el cual está representado por el ingreso per cápita anual, a partir del cual un ser humano satisface sus necesidades básicas. Grosso modo la ONU define desarrollo humano como: “El desarrollo humano es un proceso que busca incrementar las opciones de la gente ampliando sus capacidades para conducir vidas extensas y sanas, para estar bien informado, para tener un estándar de vida digno y para participar activamente en la vida de la comunidad. En suma, el desarrollo humano es el proceso de ampliación de las posibilidades de elección de la gente para aumentar sus funciones y capacidades. Es decir, este concepto sitúa al individuo como elemento central en todos los aspectos relacionados con el desarrollo de un país, región o localidad[1]”. Véase: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Un pacto por la región (eje cafetero). Informe regional de desarrollo humano Colombia. 2004.

[2] El humanismo es un proceso que se manifiesta como un conjunto de pensamientos, sentimientos y obras, en función de la conquista de tres propósitos fundamentales del hombre: I) sobrevivir  II) generar cultura, desarrollo social y humano, y III) autorrealización personal, a partir del reconocimiento del congénere y de la naturaleza.
[3] Los jóvenes realizan en su vida cotidiana acciones concretas para resolver este reto; en dos sentidos: a) cuidado del medio ambiente, lo cual implica proteger la fitogeografía, la zoogeografía, los recursos naturales y los recursos no renovables. b) cuidado de sí (salud física y mental), lo cual implica satisfacer las necesidades básicas (físico-química, fisiológicas), síquicas y culturales.
[4] Este concepto fue desarrollado por FROM, Erich. Miedo a la libertad. México: Fondo de cultura económica.
[5] Entre las dimensiones humanas se pueden resaltar: físicas, mental, psíquica, emocional, moral, ética, espiritual, social, laboral, entre otras.
[6] Actualmente existe un índice para medir las necesidades básicas insatisfechas (NBI); este índice analiza la calidad de vida de una persona dependiendo de cómo esta suple sus carencias de: a) vivienda, b) servicios públicos, c) educación, d) empleo.
[7] Ver DUSSEL, Enrique. Historia de la filosofía y filosofía de la liberación. Colombia: Editorial nueva América.1994.
[8] Problemas como la depresión, la  angustia, el tedio,  la patología de normalidad, la neurosis son analizadas por FROM; Erich, en su texto: Psicoanálisis de la sociedad contemporánea. Vigésima edición. México: Fondo de cultura económica.1997.
[9] FROM, Erich. ¿Tener o ser? Cuarta reimpresión. México: fondo de cultura económica. Pág 22.
[10] Entre estas Nuevas tecnologías se pueden resaltar: la microelectrónica, la biotecnología, los nuevos materiales, la tecnología química y la mecánica de precisión. Véase: ECHAVARRIA. Georlan (compilador). Cátedra de ciencia, tecnología y sociedad. Segunda edición. Colombia: Escuela de servicios académicos. 1991. Pág. 145.
[11] SAMUELSON,Paul; NORDHAUS, William. Economía. Decimoquinta edición. España: McGraw-Hill. 1996. Pág.721.
[12] INGENIEROS, José. El hombre mediocre. México: Porrúa. 1997. Pág. 37.
[13] El espíritu de la ley y de la norma cobra su sentido, si sólo si de su aplicación resulta la compatibilidad entre la libertad individual y el bienestar social; y si y solo si la aplicación de la ley viene precedido de un acto de reflexión y critica del grado de legitimidad de la ley. Mínimamente una ley justa debe ser justa, benéfica, verdadera y objetiva.

[14] Ibíd; Pág 33.
[15] From señala cuatro características del amor productivo: la solicitud, la responsabilidad, el respeto y el conocimiento. Una persona ama productivamente sí y sólo si; no escatima esfuerzos para trabajar activamente en función de la felicidad y armonía del ser que ama. Una persona ama productivamente sí y sólo si; responde a solucionar las necesidades que debe suplir el ser amado. Una persona ama productivamente sí y sólo si, Una persona ama productivamente sí y sólo si; respeta a la persona amada reconociendo en él su autenticidad de forma objetiva. Una persona ama productivamente sí y sólo si; puede reconocer la profunda naturaleza del ser amado. Véase: FROM, Erich: Psicoanálisis de la sociedad contemporánea. Vigésima reimpresión. México: fondo de cultura económica. Pág 35
[16] MARCUSE. Herbert. El hombre unidimensional. Colombia: Planeta. 1986. Págs 13-14.

MEDHUSA (Modelos Estratégicos de Desarrollo Humano, Social y Ambiental), tiene como propósito generar  inteligencia colectiva en las sociedades, a través de la gestión crítica del conocimiento; de forma que los individuos e instituciones puedan contribuir al bienestar humano y de la naturaleza.

Mentalidad de crecimiento