RECORRIDO DE LA JUVENTUD POR LOS SENDEROS DE LA TRANSFORMACION
DE LA REALIDAD SOCIAL, EN ARAS DE LA DIGNIFICACIÓN DE LA EXISTENCIA.
¿Es común a los seres
humanos transformar: destruir y construir? Es razonable afirmar por el momento,
que es común a los hombres “ser verbo y no sustantivo”; ser
verbo implica una paradoja insoluble: destruir para dar muerte algunas cosas y construir
para dar luz a otras. Los jóvenes piensan, sienten y obran, sin escatimar
energía corporal ni mental; los jóvenes son en sí mismos verbos, su ser es un
continuo estar listos para la acción.
Destruir y construir
no es en sí mismo ni positivo ni negativo, la valoración depende si el
resultado de la destrucción o de la construcción contribuye o no, a alcanzar
los propósitos humanos fundamentales, a saber: I) La auto conservación, II)
la adaptación a la cultura y III) la
auto-realización personal. El bienestar y la dignidad humana advienen una vez
se alcanzan estos tres propósitos capitales. Los jóvenes destruyen patrones
sociales conformando sus “tribus juveniles”, demuelen modelos educativos a
través de sus organizaciones estudiantiles, echan a tierra el “estatus quo”
con sus movimientos políticos y culturales. De otro modo, los jóvenes construyen
empresas, generan cambios ambientales, crean obras de arte y modos de vida.
Estos actos de construcción y destrucción suelen ser positivos. No obstante los
jóvenes también destruyen su ser y el de otros a través del suicidio o del
asesinato; también contribuyen a colapsar la armonía social promoviendo bandas
delincuenciales y grandes negocios ilegales. Estos actos están tejidos de
negatividad. En resumen los jóvenes destruyen y construyen la “realidad social”
a través de su dinámica, en un doble sentido positivo o negativo.
En términos
simplificados, la dinámica es una disciplina física cuyo objeto de estudio son
los sistemas en movimiento; aquí nos referiremos a la dinámica juvenil; con esta categoría denotamos: todo el conjunto de
hechos sociales de los jóvenes que están en función de la destrucción o de la construcción
de la “realidad social”.
Concretamente el
problema que se desea dilucidar es: ¿Cómo los jóvenes través de su dinámica
contribuyen a la transformación de la “realidad social”, en función de la
conquista de la dignidad humana?
La conjetura que
guiará esta disertación es la siguiente:
Conjetura guía: El humanismo es condición de posibilidad para la
formación del individuo como persona. La acción de una persona o un conjunto de
ellas, hace posible que se transforme, esto es, que se destruya o se construya
la realidad social. Si y sólo si la transformación de la realidad social,
cumplen la función de estimular las dimensiones del hombre y de alcanzar los
propósitos fundamentales, entonces se obtendrá el desarrollo social y humano[1].
El desarrollo social y humano posibilita el logro de la dignidad humana.
Esta disertación se
desarrollará en dos grandes partes; en la primera de ellas se aborda el
problema de la dinámica legítima juvenil. Esta sección se divide en tres
fracciones a saber: A) humanismo
como condición de posibilidad para la formación del joven como persona B) la transformación de la realidad
social mediada por los jóvenes C) la
conquista de la dignidad humana de los jóvenes.
En la segunda parte
trata del problema de la dinámica ilegítima juvenil. Esta se subdivide en tres
partes: A) hechos juveniles
ilegítimos que obstruyen su desarrollo como personas B) hechos que obstruyen el desarrollo social C) hechos que obstruyen la dignidad juvenil.
I
Parte
DINÁMICA
LEGITIMA JUVENIL
A) JOVENES EN ARAS DEL DESARROLLO PERSONAL
La conquista de la
dignidad humana se promueve a partir de la generación de una “cultura
para el humanismo[2]”,
a partir de la cual se establezca la vida y la libertad como derechos nucleares
de cada ser humano. Desde la cual se fomente la conservación del ambiente como
condición de posibilidad para la vida natural y el reconocimiento del congénere
como condición de posibilidad de la vida social. Esta cultura para el humanismo
implica formar a la persona para su auto-poseción, autoconciencia,
autodeterminación, autonomía, autocontrol y responsabilidad civil; implica
además promover un conjunto de acciones tendientes al desarrollo social y
humano y a alcanzar la autorealización.
A la juventud le
compete afrontar aquí dos grandes retos I)
proteger el patrimonio ambiental representado por la biosfera (litosfera,
hidrosfera y atmosfera), de modo que se logre conservar la vida en el planeta y
consecuentemente se establezcan las condiciones para garantizar la vida humana[3].
El segundo II) reto que le compete afrontar a las
jóvenes es de naturaleza antropológica; cada persona debe estar facultado para vencer
el miedo a ser libre[4],
en este sentido es menester que todo joven ejercite su a) autenticidad, esto es, que sea artífice de su propio ser, para
que pueda elegir según sus propósitos individuales. b) Estimular sus posibilidades sociales de elección, conquistando
escenarios de participación en la vida pública; ello enmarcado en un ambiente democrático,
con el fin de que individuo pueda participar de las decisiones del estado.
B) JOVENES EN ARAS DEL DESARROLLO
SOCIAL
La conquista de la
dignidad humana, se suscita a partir de una cultura para la acción transformadora
en función del desarrollo social y desarrollo humano[5].
Esta cultura debe estimular fundamentalmente la suplencia de las necesidades directamente
relacionadas con la supervivencia y la adaptación a la sociedad. En el conjunto de las primeras
se haya la alimentación, los servicios sanitarios y la vivienda; y en el
conjunto de las segundas se haya el acceso a la educación y un ingreso minino que
permita al joven consumir los bienes básicos para vivir con dignidad[6].
La cultura para el desarrollo humano implica además la creación de condiciones
para que las dimensiones humanas se desarrollen.
Una cultura para la
transformación social implica que los jóvenes dinamicen la sociedad asumiendo
el reto de recrear su mundo a partir de organizaciones juveniles y de
instituciones sociales de múltiple naturaleza: ambiental, económica, política,
cultural e ideológica, a partir de las cuales puedan esculpir la realidad prospera
que imaginan.
C) JOVENES EN ARAS DE LA CONQUISTA DE LA DIGNIDAD
La conquista de la
dignidad humana implica el estimulo de una cultura para la autorrealización en función de la felicidad
individual y el bienestar colectivo. Un
sujeto se autorrealiza si y sólo si logra alcanzar los propósitos inherentes a su
intensión, estos propósitos deben estar fundamentados en cuatro características
fundamentales de la persona: a) la singularidad,
b) la autonomía, c) la apertura y d) la trascendencia.
Para conquistar la
singularidad el joven debe hacerle frente a una “sociedad de consumo”, la cual
busca homogenizar la personalidad de los ciudadanos con el propósito de
estandarizar los gustos y así lograr producir y vender a productos a escala.
Para alcanzar la autonomía debe bregar contra las normas impuesta por la
cultura que van en detrimento del desarrollo personal; aquí el joven debe
luchar contra los mandatos de las distintas ideologías que buscan oprimir[7] al
hombre. Para adquirir la apertura, el joven
debe luchar por abrir su mente, acceder a nuevos lenguajes para descubrir el
mundo. La trascendencia es acaso el ideal más anhelado, y el más reservado. Los
jóvenes buscan con avidez la gloria, el honor, la fama, el prestigio; buscan
que sus nombres los recuerde la historia; aquí la lucha es contra el anonimato.
El joven puede lograr que su nombre se perpetué en la eternidad de lo humano,
cuando desarrolla toda su facultad de producir y de dar a la sociedad sus
frutos. Esta producción es tan variada; va desde las obras de artes, las
innovaciones científicas y tecnológicas, pasa por las obras sociales y
humanistas, las obras ambientales y no se detiene sino hasta donde la
imaginación juvenil traza el límite.
II
Parte
DINÁMICA
ILEGITIMA JUVENIL
A) JÓVENES QUE SUCUMBEN ANTE EL PODER DE LA ENFERMEDAD
Y LA MUERTE.
El universo tardó en
promedio 15.000 millones de años para engendrar la vida; y un joven frustrado
que no encuentra sentido a la vida puede negar ese descomunal esfuerzo en un
segundo, suicidándose. El suicidio es tal vez el acto menos natural que se
conozca en los humanos, pues aniquila nuestro instinto más fuerte; la auto-conservación.
Al tiempo que el joven niega su vida, afirma la muerte; y con esta afirmación
fenece cualquier tipo de bienestar y dignidad humana; en otros términos un
suicida es tan indigno como infeliz.
Otra forma de negar la
vida es auto-deteriorando paulatinamente el cuerpo y la mente[8].
El alto consumo de alcohol, drogas sicotrópicas, sustancias alucinógenas; es un
claro ejemplo de la negación gradual que se hace de la vida; de forma más sutil
también se reduce ostensiblemente la vida llevando hábitos no saludables. Es un
hecho rotundo que la exageración en los placeres del cuerpo, desembocan en un
irreversible degeneramiento del mismo. a propósito comenta From: “La
satisfacción ilimitada de los deseos no produce bienestar, no es camino de la
felicidad ni aun del placer máximo[9]”.
La condena al abuso del sexo y demás placeres relacionados con los sentidos, no
solo obedecen a cuestiones morales sino también biológicas. El abuso de los
recursos naturales o la omisión de la protección del ambiente, es otra forma de
obstruir el desarrollo de los jóvenes. contaminar el ambiente es otra forma de envenenar
la vida.
El desarrollo
personal también se niega cuando el joven imbuido en una atmosfera de fatiga
mental, se resiste a construir su identidad personal; cuando el joven se dedica
simplemente a copiar y a recibir pasivamente los estereotipos del medio;
entonces el joven resulta siendo una reproducción mal lograda de los sectores
productivos, de los medios de comunicación y del estado. Dicho en términos más
generales el joven resulta siendo un clon a imagen y semejanza de la cultura.
Esta copia del yo mal lograda, inauténtica por definición no alcanzará a
poseerse, ni a pensar por sí mismo, ni a darse sus propias normas, ni a controlarse;
en definitiva no será libre.
B) JÓVENES SUMIDOS EN LA POBREZA
En tiempos muy
remotos, algunos sabios solían creer en 4 elementos: tierra, aire, agua y
fuego; los cuales componían el universo y mantenían en equilibrio la naturaleza.
Solía pensar que un desequilibrio en cualquiera de uno de estos elementos
traería consigo el caos y pondría en riesgo la vida. En tiempos contemporáneos nuestros
sabios economistas suelen creer que existen 4 elementos: el trabajo, el
capital, los recursos naturales y la iniciativa empresarial; los cuales
componen el progreso económico y mantienen un círculo virtuoso de desarrollo.
Un desequilibrio de alguno de estos factores traería consigo un círculo vicioso
de la pobreza y de depresión económica.
En palabras de Samuelson y Nordhaus, este círculo de la
pobreza consiste en: “las
rentas bajas pueden generar un bajo ahorro; el bajo ahorro retrasa el
crecimiento del capital; un capital insuficiente impide introducir nueva
maquinaria y acelerar el crecimiento de la productividad; una baja productividad
produce una baja renta. Existen otros elementos de la pobreza que se
autorrefuerzan. La pobreza va acompañada de bajos niveles de estudio y
cualificaciones, los cuales, impiden a su vez, adaptar las nuevas y mejores tecnologías[10]
y acelerar el crecimiento demográfico, el cual absorbe a su vez, las mejoras
del nivel de vida y de la producción de alimentos[11]”.
Un joven puede quedar
atrapado en las redes de la pobreza y en su círculo vicioso, por causas exógenas
(una enfermedad congénita, políticas de estado ineficientes para generar
desarrollo, etc); también puede ser presa fácil de la pobreza por causas endógenas
(problemas sicológicos y sociológicos de adaptación, entre otras). En fin las
causas de la pobreza son múltiples, lo que nos importa resaltar aquí es como el
joven pudiendo romper con el ciclo de la pobreza, gracias a su dinámica ilegítima
niega sus posibilidades de desarrollo. Entre los cuatro elementos mencionados
antes, es posible que muchos jóvenes carezcan de dos de ellos, el capital y los
recursos naturales; empero es muy probable que cada joven posea fuerza laboral
y -en potencia- posea iniciativa empresarial. Un joven decide anclarse a la pobreza
cuando tiene una actitud floja frente al trabajo y cuando decide no formarse,
ni educarse. El trabajo es una condición vital para la sobrevivencia y la
educación es una condición central para la adaptación a la cultura; un joven
creativo para hallar justificaciones para no trabajar o generar empleo, un
joven que es imaginativo a la hora de excusarse para no estudiar; es un joven
arrastrado al fracaso, motivado por su propia elección.
El joven también
puede actuar de forma ilegítima obstruyendo al desarrollo social, cuando no
asume los retos de crear o participar activamente en las organizaciones,
instituciones y movimientos juveniles sean
estos: económicas, ecológicas, políticas, entre otras, porque con esta
reticencia se niegan la posibilidad de
abrir escenarios de participación, a partir de los cuales podrían elegir y
construir el futuro de la juventud.
C) JÓVENES SIN ROSTRO Y SIN
HUELLAS
“En
el verdadero hombre mediocre la cabeza es un simple adorno del cuerpo. Si nos
oye decir que sirve para pensar, cree que estamos locos[12]”
Jóvenes sin personalidad.
Lo jóvenes niegan la
posibilidad de esculpir su personalidad, cuando dejan de asumir una posición
“crítica y reflexiva”, acerca del origen, la pertinencia y la funcionalidad del
conjunto de deseos, intenciones, creencias, propósitos, hábitos y obras; que
conformar el “yo”. Los jóvenes que no se responsabilidad de la edificación de
su yo; no poseen identidad es decir no se diferencian entre sí. Sus deseos e
intenciones se los impone la sociedad de consumo; sus creencias y propósitos
dependen de la ideología de moda. Sus hábitos son una copia malformada y sus
acciones son la copia de los modelos sociales. Sus obras son una burda
imitación de prototipos culturalmente transmitidos.
Jóvenes bajo el dominio de la heteronomía.
“Personas con minoría
de edad” fue el calificativo que dio Kant a los sujetos incapaces de regirse e
imponerse sus propias normas[13].
Los jóvenes con minoría de edad son quienes se niegan a pensar, sentir y obrar,
conforme a las normas que nacen de su razón, de su sensibilidad y sus hábitos.
Un joven con minoría de edad es esclavo de las normas impuestas que van aun en
detrimento de su ser, se origen estas en sus familias, en sus círculos
sociales, en su comunidad, en su estado.
El joven de mente estrecha.
Una manera fácil en
que el joven puede alejarse del camino que guía a la autorrealización es dejar
de nutrir el espíritu de los distintos discursos que tejidos para atrapar la
abundancia de la realidad. Las descripciones del mundo vengan de las ciencias;
las artes, las humanidades, las religiones, la filosofía, el sentido común;
permiten abrir la mente para entender lo que sucede en el mundo externo y el
interno. Dejar de beber de estas fuentes lleva necesariamente a la ceguera
mental.
El joven mediocre
Evitar que la vida se
llene con experiencia novedosas, dejar de asumir riesgos que enriquezca el
desarrollo personal, sumirse en actividades monótonas, apegarse a la costumbre
de realizar actividades que no ameriten un gran esfuerzo, entregar el cuerpo y
la mente a los placeres inmediatos, decidir no sacrificarse por construir obras
cuyo eco retumbe en la memoria de los hombres; implica sucumbir frente al poder
de la rutina, el tedio y la depresión. Estos son los grandes enemigos
sicológicos de los jóvenes en el siglo XIX. Querer hacerle daño a los jóvenes,
puede resultar en muchas circunstancias una ociosidad; pues ellos, sin ayuda de
nadie se lo infringen a sí mismos, y hallan el camino más fácil -la rutina-
para desembocar en mediocridad. En palabras de José Ingenieros: “La
rutina es un esqueleto fósil cuyas piezas resisten a la carcoma de los siglos.
No es hija de la experiencia; es su caricatura. La una es fecunda y engendra
verdades; estéril la otra y las mata. En su órbita giran los espíritus
mediocres. Evitan salir de ella y cruzar espacios nuevos; repiten que es
preferible lo malo conocido a lo bueno por conocer. Ocupados en disfrutar lo
existente, cobran horror a toda innovación que turbe su tranquilidad y les
procure desasosiegos. Las ciencias, el heroísmo, las originalidades, los
inventos, la virtud misma, parécenles instrumentos del mal, en cuanto
desarticulan los resortes de sus errores: como en los salvajes, en los niños y
en las clases incultas[14]”.
Consideración final:
Una cultura juvenil
fundada en el humanismo, en el amor productivo[15]
hacia sí mismo, el congénere y hacia la naturaleza; puede abrir nuevos senderos
de esperanza a una humanidad agobiada por espíritus que niegan la vida, la
sociedad y el desarrollo personal. Una cultura juvenil fundada en la acción trasformadora
de la realidad social; puede tejer una sociedad más justa, democrática y solidaria.
Dice al respecto Marcuse: “Es preciso despertar y organizar la sociedad
en tanto que necesidad biológica de mantenerse unidos contra la brutalidad y la
explotación inhumanas. Esta es la tarea. Comienza con la educación de la
conciencia, el saber y la observación y el sentimiento que aprehende lo que
sucede: el crimen contra la humanidad”[16].
Una cultura juvenil para la autorrealización; puede erigir un futuro de
bienestar sin exclusión. Una sociedad donde la dinámica juvenil sea legitima;
puede revivir la utopía y trazarnos nuevos horizontes de esperanza en un mundo
mejor.
Juventud los exhorto
finalmente a que:
¡Revivamos juntos con nuestras
acciones la esperanza! Así lo reclama el desarrollo social.
El desarrollo humano
se mide actualmente, teniendo en cuenta tres variables a saber: a) la
longevidad, esto es vida larga y saludable; b) la educación en todos sus
niveles y c) el nivel de vida digno, el cual está representado por el ingreso
per cápita anual, a partir del cual un ser humano satisface sus necesidades
básicas. Grosso modo la ONU define desarrollo humano como: “El desarrollo humano es un
proceso que busca incrementar las opciones de la gente ampliando sus
capacidades para conducir vidas extensas y sanas, para estar bien informado,
para tener un estándar de vida digno y para participar activamente en la vida
de la comunidad. En suma, el desarrollo humano es el proceso de ampliación de
las posibilidades de elección de la gente para aumentar sus funciones y
capacidades. Es decir, este concepto sitúa al individuo como elemento central
en todos los aspectos relacionados con el desarrollo de un país, región o
localidad[1]”. Véase:
Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo. Un pacto por la región (eje cafetero). Informe
regional de desarrollo humano Colombia. 2004.
[2] El
humanismo es un proceso que se manifiesta como un conjunto de pensamientos,
sentimientos y obras, en función de la conquista de tres propósitos
fundamentales del hombre: I)
sobrevivir II) generar cultura, desarrollo social y humano, y III) autorrealización personal, a
partir del reconocimiento del congénere y de la naturaleza.
[3] Los jóvenes
realizan en su vida cotidiana acciones concretas para resolver este reto; en
dos sentidos: a) cuidado del medio
ambiente, lo cual implica proteger la fitogeografía, la zoogeografía, los
recursos naturales y los recursos no renovables. b) cuidado de sí (salud física y mental), lo cual implica
satisfacer las necesidades básicas (físico-química, fisiológicas), síquicas y
culturales.
[4] Este concepto fue
desarrollado por FROM, Erich. Miedo a la libertad. México: Fondo de cultura
económica.
[5] Entre las dimensiones humanas se pueden resaltar: físicas, mental, psíquica,
emocional, moral, ética, espiritual, social, laboral, entre otras.
[6]
Actualmente
existe un índice para medir las necesidades básicas insatisfechas (NBI); este
índice analiza la calidad de vida de una persona dependiendo de cómo esta suple
sus carencias de: a) vivienda, b) servicios públicos, c) educación, d) empleo.
[7] Ver DUSSEL, Enrique. Historia de la filosofía y filosofía de la
liberación. Colombia: Editorial nueva América.1994.
[8] Problemas como la depresión, la angustia, el
tedio, la patología de normalidad, la
neurosis son analizadas por FROM; Erich, en su texto: Psicoanálisis de la
sociedad contemporánea. Vigésima edición. México: Fondo de cultura
económica.1997.
[9] FROM, Erich. ¿Tener o ser? Cuarta reimpresión.
México: fondo de cultura económica. Pág 22.
[10] Entre estas Nuevas
tecnologías se pueden resaltar: la microelectrónica, la biotecnología, los
nuevos materiales, la tecnología química y la mecánica de precisión. Véase:
ECHAVARRIA. Georlan (compilador). Cátedra de ciencia, tecnología y
sociedad. Segunda edición. Colombia: Escuela de servicios académicos. 1991.
Pág. 145.
[11] SAMUELSON,Paul; NORDHAUS, William. Economía. Decimoquinta edición.
España: McGraw-Hill. 1996. Pág.721.
[13] El espíritu de
la ley y de la norma cobra su sentido, si sólo si de su aplicación resulta la
compatibilidad entre la libertad individual y el bienestar social; y si y solo
si la aplicación de la ley viene precedido de un acto de reflexión y critica
del grado de legitimidad de la ley. Mínimamente una ley justa debe ser justa,
benéfica, verdadera y objetiva.
[15] From señala cuatro características del amor productivo: la solicitud, la
responsabilidad, el respeto y el conocimiento. Una persona ama productivamente
sí y sólo si; no escatima esfuerzos para trabajar activamente en función de la
felicidad y armonía del ser que ama. Una persona ama productivamente sí y sólo
si; responde a solucionar las necesidades que debe suplir el ser amado. Una
persona ama productivamente sí y sólo si, Una persona ama productivamente sí y
sólo si; respeta a la persona amada reconociendo en él su autenticidad de forma
objetiva. Una persona ama productivamente sí y sólo si; puede reconocer la
profunda naturaleza del ser amado. Véase: FROM, Erich: Psicoanálisis de la
sociedad contemporánea. Vigésima reimpresión. México: fondo de cultura
económica. Pág 35