John Fredy Zuluaga Duque
Lic en filosofía (USTA)
Mg en filosofia (U. de Caldas).
Doctorado en filosofia (U. de Antioquia).
Tesista.
DESCARTES PIEDRA
ANGULAR DEL PENSAMIENTO MODERNO
“El cogito ergo sum es la
fórmula sobre la cual gira la modernidad; cogito que en el fondo es la abstracción
de la totalidad histórica europea como imperio manifestado ahora en
subjetividad. El ser aparece como una manifestación esencial del pensar. La realidad es una mera
representación de la reproducción del cogito, dado que la conciencia pone
el ser y lo integra a su Dominio”
Roberto Salazar
Preámbulo
El Teocentrismo es un elemento
esencial que refleja el pensamiento medieval, en donde el eje de la reflexión
es Dios, y la verdad es expresada por la religión; esta cosmovisión se esfuerza
por explicar racionalmente el mundo y la naturaleza a través de la doctrina
revelada; la certeza se descubre en la fe y en los dogmas inscritos en la Biblia.
En el medioevo, los problemas fundamentales giran en torno de la armonización
entre la teología (fe) y la filosofía, de la cultura filosófica establecida
sobre la base del cristianismo propagado a partir de las escuelas monásticas,
de la asimilación de la cultura griega interpretada según los exegetas judíos y musulmanes, de la difusión de la doctrina
Aristotélica.
El renacimiento puede ser
considerado como: el advenimiento de la
negación del pensamiento medieval (sea desde la literatura, el humanismo, la
ciencia, la filosofía); el desvelamiento de las doctrinas platónicas y aristotélicas;
el paso del antropocentrismo con manifestaciones claras de secularismo, ateísmo,
anti-cristianismo. También puede ser admitido como: el comienzo del
desplazamiento de la teología por la ciencia experimental, entre otras cosas,
no menos relevantes.
La modernidad construye una
visión de mundo a partir de la afirmación del pensamiento renacentista y de la
contradicción del pensamiento de la época medieval, de facto, la modernidad
representa:
Una oposición al teocentrismo,
sustituyendo esta visión por el antropocentrismo; las verdades de la iglesia
cristiana ceden a la verdades objetivas encontradas por el sujeto; el conocimiento,
la explicación del mundo y de la naturaleza se buscan no desde el dogma
revelado, sino a partir de la observación y experimentación. En la modernidad
la filosofía reclama su autonomía frente a la teología, aquella no se construye
a través de la tradición, ni de la autoridad, sino desde la experiencia, el
examen crítico y la observación de los
fenómenos. En la modernidad sucumben los dogmas de fe para ser reemplazados por
la verdad que se acierta en la razón, se desploma el método escolástico y emerge
el método analítico-matemático y el inductivo, agoniza el dogmatismo y se abre
la libertad de opinión y de pensamiento.
Cabe cuestionar ¿Quién fue
el fundador de este pensamiento moderno? Respondemos innegablemente siguiendo a
Eduardo Bello: “Descartes ha fundado
definitivamente el pensamiento moderno, su discurso sobre el método entendido
como camino de la razón teórica y práctica constituye el signo más inequívoco,
la piedra fundamental del edificio del saber y de la cultura moderna”1
Grosso modo, pretendemos exponer en estas páginas cómo la
filosofía cartesiana, en efecto, puede ser considerada como el inicio del
pensamiento moderno, para lo cual se enunciarán sus ideas más relevantes,
clasificando su concepción según estas categorías: metodológica, epistemológica
y ontológica.
Concepción Metodológica
El dudar es la esencia del escéptico,
mas descartes halla en la duda el medio para encontrar la objetividad, no para
residir en ella (su método comienza dudando y finaliza creyendo), por ello este
filósofo no es escéptico, su dudar es metódico, su duda no es causada por el
capricho, ni el azar, por el contrario, es secuenciado, lógico, deductivo y analítico,
responde a un orden, al “ordo Geométrico”. Descartes divide su método en cuatro
pasos:
“El primero consistía en no afirmar jamás cosa alguna como verdadera sin
haber conocido con evidencia que así era… el segundo en dividir cada una de las
dificultades a examinar en tantas partes como fuera posible y necesario para mejorar
su solución. El tercero con ordenar el pensamiento empezando por los objetos más
simples y fáciles de conocer, para ascender poco a poco gradualmente, hasta el
conocimiento de los más complejos…. Y el último en hacer en todo enumeraciones
tan completas y revisiones tan amplias, que llegase a estar seguro de no haber
omitido nada” 2.
Este método analítico,
inspirado en la matemática, vincula estrechamente el proceso de investigación
con lo experimentable racionalmente y con lo mensurable.
Para Descartes, la ciencia
solo a través de la intuición clara y evidente, y los modelos matemáticos, muestra
el camino recto para acceder al saber confiable. La modernidad busca la prueba
de las hipótesis en la verificación experimental, en la racionalidad lógico-matemática;
nuestro filósofo comentado es visionario de tal modelo investigativo. A propósito
afirma Blanché, citando a Descartes, “no
dejó de interesarse en la observaciones y experimentos, no dejó de practicar él
mismo el racionamiento experimental.”(R. Blabche, el método experimental y la filosofía
de la física)
Así rompe René con el método
especulativo y eminentemente metafísico de la filosofía medieval, es así como trasciende
con su método analítico los métodos escolásticos que buscaban la verdad por
medio de la argumentación que, en el peor de los casos, se asentaba en la retórica
y no examinaba la verdad en las demostraciones observacionales, experimentables
o racionales. El método significó una nueva forma de conocer y entender el
objeto, sin duda menoscabó la filosófica medieval en el campo metodológico.
Concepción Epistemológica
Descartes deseaba encontrar
verdades firmes y absolutas, empieza a dudar metódicamente de todo lo que no se
presente claro y distinto a su razón; desconfía de aquello que no es evidente,
duda de Dios, del mundo sensible, de su cuerpo, incluso de las matemáticas; empero
no puede dudar de que duda, y si duda piensa, y si piensa existe, así encuentra
el principio de su filosofía por antonomasia: “cogito ergo sum”. La verdad se torna luego de excluir la duda en
conocimiento preciso, intuición de la esencia en la conciencia. El conocimiento
seguro se fundamenta en la filosofía, la cual debe ser saber autónomo y riguroso
equiparable a las ciencias naturales y exactas. La duda metódica se hace
necesaria para instituir las bases de la investigación científica; ahora el filósofo
y el científico deben dudar incluso de sus teorías, deben revisarlas y
mejorarlas.
Descartes fragmenta haciendo
uso de la duda metódica con el medioevo (en lo concerniente a lo gnoseológico),
porque construye criterios de verdad como lo son la claridad y la distinción y
niega la tradición, las costumbres, los dogmas como fundamentadores de la
verdad, tal como sí lo estipulaba el pensamiento medieval. Abre, entonces, el
paso al pensamiento libre, da autonomía a la filosofía independizándola de la teología,
la verdad ya no está en lo revelado por Dios, sino en la razón.
Concepción Ontológica
El “cogito ergo sum”, como
se ha dicho, es el primer principio que fundamenta la filosofía cartesiana, el yo, el “subjetum”
que duda se pone por encima de la cultura, de la sociedad, de los conceptos adquiridos
por medio de los sentidos y por encima de lo imaginado o construido artificialmente;
encuentra la verdad en lo innato, en lo que se intuye en la conciencia. En esta
“autoconciencia” el yo pienso se descubre a sí mismo como sustancia, esta cosa
pensante que sabe que duda es conciente de su imperfección, mas sabe que existe
un ente perfecto que no duda y que es Dios, este ser omnipotente le ha plasmado
en la mente al ser que piensa su concepto de existencia. Descartes descubre que
este ser infinito, la deidad, existe realmente. Dios no queriendo engañar al
sujeto, haciéndolo creer que el mundo externo existe, crea un mundo real y lo
hace inteligible al sujeto.
Descartes descubre, en
consecuencia, tres tipos de entes: rex cogita, rex infinita y rex extensa, tres
entes con sustancias independientes, irreductibles entre sí.
Esta ontología cartesiana
abre la posibilidad de estudiar el alma del hombre (psicología), el mundo (física)
y a Dios separadamente; a partir de esta “nueva” ontología se separa y se
distingue el estudio filosófico del teológico y del natural.
En el medioevo Dios era estudiado
desde lo exterior, con Descartes es conocido desde lo interior, desde la
conciencia; tal postulación cambia ostensiblemente la forma de hacer el racionamiento
teológico, Dios se descubre por “intuición racional”; su estudio es realizado
independiente de las otras sustancias; esto es, en fin, la división de
disciplinas según su objeto; rasgo propio del pensamiento moderno.
La esencia del alma es
pensamiento y la esencia del cuerpo es la extensión, alma y cuerpo están unidos
accidentalmente; aunque aparentemente ello no agregue algo nuevo a la metafísica
antigua o medieval que coincide con la concepción antropológica de Platón y san
Agustín, sí agrega algo importantísimo, y es la visión del hombre máquina, un
cuerpo extenso que puede ser estudiado en su plena corporeidad, cosmovisión que
en el medioevo no tenía cabida.
Descartes centro su
reflexión también en el hombre, de allí que contribuya a ampliar la visión
antropo-centrista característica de la filosofía moderna.
Concepción Racionalista –Subjetivista
El objeto para descartes es
la representación del sujeto, el ser se manifiesta en el pensar, la verdad se
haya en la razón, la realidad es consecuencia racional. El conocimiento tiene
en la racionalidad su origen y demostración; la emoción y la voluntad pasan a
ser supeditadas por la razón. Así comienza Descartes a estructurar
paulatinamente el racionalismo como repuesta al problema gnoseológico ¿Cuál es
el origen del conocimiento? ¿Qué es la verdad?
El racionalismo representó
una ruptura con el pensamiento medieval, en cuanto hace un viro a los problemas
filosóficos y se desvía aún en la manera de solucionarlos. Este nuevo modelo de
problematizar sobre el conocimiento, desplaza el modelo explicativo aristotélico
que fundamentaba el razonar medieval y abre indubitablemente otro abanico de oportunidades.
El racionalismo rompe con la tradición aristotélica que funda el mundo desde la
observación de los hechos empíricos y desdeña los modelos analíticos matemáticos.
“El modelo de la filosofía racional va a estar caracterizado por una especial
concepción de lo real, por un deseo de construir, en forma a priori, esquemas
mentales dentro de los cuales se pretende encajar el conjunto de lo real, por
un método tomado del modelo de las ciencias matemáticas que tiende siempre a explicar la ciencia desde la
necesidad y universalidad lógica, pero no desde el análisis mismo de los hechos
empíricos”3.
Sinopsis
Si los criterios de verdad
en la edad media yacían en la autoridad, la tradición, la fe, los dogmas… y Descartes
crea criterios de verdad completamente diferentes como la claridad y la distinción
que conducen a la evidencia; si la verdad en la edad media era de naturaleza
especulativa y Descartes busca una verdad apodíctica, universal, necesaria y de
naturaleza racional; si el método de la edad media
era el hipotético deductivo o la mera lógica silogística aristotélica, la cual
buscaba demostrar verdades pero no pretendía encontrarlas, o el método de describir lo
observado cualitativamente, y Descartes impone un método analítico axiomático,
y desea una lógica innovadora que sierva para descubrir verdades, así como entiende
lo real desde lo cuantificable; si en la edad media la filosofía y la teología son
interdependientes y Descartes reclama la independencia de la filosofía; si en
la edad media se busca contemplar el mundo y Descartes intenta descubrirlo,
controlarlo, desvelarlo; si en la edad media la matemática jugaba un papel
terciario y Descartes pone la matemática como cimentación de las ciencias; si
lo antedicho es cierto ¿Cómo podemos dudar que Descartes fundó el pensamiento
moderno? Evidentemente, esta idea por clara y distinta no podemos dudarla:
Descartes es el fundador del pensamiento moderno.
“… y siempre sentía un deseo
inmenso de aprehender a distinguir lo
verdadero de lo falso, para ver claro en mis acciones y andar con seguridad en
esta vida….”
René Descartes.
Citas Pie de Página.
1.
Eduardo, Bello.
Comentario. Rene, Descartes. Discurso del Método. Atalaya. Barcelona.1987.
2.
René,
Descartes. Discurso del Método. Atalaya.
Barcelona.1987.
3.
Hernando,
Barragán. Filosofía Moderna. USTA. Bogotá. 1999.
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