PALABRAS
ENTREGA DE SÍMBOLOS 2018
Antes
de todo, una efeméride:
En
tiempos de adversidad el corazón debe ser la llama.
El 7 de noviembre de 1913,
nació en el seno de una familia analfabeta un niño cualquiera. En la I guerra
mundial a los 11 meses de vida, esta inocente criatura perdió a su padre
granjero. Su madre, quien tenía problemas de habla; debió trabajar arduas
jornadas como criada domestica para alimentar a sus dos niños.
Vivió en un vecindario tan
marginal, que la escuela no tenía ni revistas ni libros con los cuales
estudiar. De joven, este niño desarrolló habilidades para el deporte; en
especial se interesó por el futbol, el boxeo y la natación. Lamentablemente, a
sus escasos 17 años una terrible tuberculosis le trunco el anhelo de ser
deportista, para siempre.
En medio de la enfermedad un
profesor lo alentó a estudiar filosofía y lo pudo hacer gracias a una beca para
víctimas de la guerra. Cuando se graduó de la universidad quiso ser profesor,
pero fue rechazado dado su delicado estado de salud. Se presentó entonces como
voluntario al ejercitó a la edad de 26 años, también lo rechazaron. Debió
ganarse la vida escribiendo reportajes. A sus 36 años tuvo una fuerte recaída
de tuberculosis. Quien pensaría que este hombre huérfano a los 11 meses, hijo
de padres analfabetas, obtendría en el año de 1957 a sus 44 años el premio
nobel de literatura. Murió tres años después de recibir el premio a sus 47
años.
Si alguien quiere soñar en
grande, nadie debería limitar los sueños.
A este
bebe pobre, huérfano y enfermo le aprendí esta enseñanza.
“En lo
más crudo del invierno, descubrí al fin que había en mi un invencible verano”
Albert Camus.
¡Cómo
no quererlos, como no extrañarlos¡
Si mientras yo les di teorías, ustedes me dieron sonrisas
Si mientras yo les di sermones, ustedes me ofrecieron
respeto
Si mientras yo les di argumentos, ustedes me donaron
vitalidad y tiempo
¡Cómo
no quererlos, como no extrañarlos¡
Si a un hombre lo definen sus creencias, sus actos, y sus
experiencias,
Cada uno de ustedes me ha definido un poco, me ha pulido,
Me han puesto retos, me ha enriquecido
Yo quise cultivar en ustedes, el bien, la belleza y la verdad,
Al verlos ahora, transcurridos dos años de grato compartir
Siento que ustedes cultivaron en mí todo un ideal
Me han hecho sentir desde sus anhelos y energía, el valor de la libertad
¡Cómo
no quererlos, como no extrañarlos¡
Estoy orgulloso de ustedes y feliz también,
Tengo la convicción de que cada uno caminara con firmeza el
sendero de sus fines
Tengo la certeza de que cada uno desde su ser, esculpirá un
mundo mejor…
Deseo que cuando alcances sus metas, tengan presente las
enseñanzas de Confucio
“La mente fría, el corazón ardiente, la mano extendida”.
Deben ser fuertes y prudentes en la adversidad, deben ser
sensibles frente al dolor ajeno y deben buscar ayudar desde la prosperidad a
quien se halle en la desgracia.
Ojala la principal meta que se tracen sea amar… lo otro
esta demás
¡Cómo
no quererlos, como no extrañarlos¡
A los improvisadores, a los más osados, a los cautelosos, a
los estudiosos, a los deportistas, a los artistas y también a los bromistas,
A los testaduras, a los de juicio agudo, a los realistas, a
los pesimistas, a los optimistas, a los de buen genio también a los
malgeniados, a los dormilones y a los enfocados
A los alborotados y a los callados…
A todos ustedes que
dejan hoy huella, en mi corazón los quiero mucho y les deseo lo mejor.
Con
gratitud John F Zuluaga Duque.